metricool trackermetricool tracker

“Nunca hay que bajar los brazos, porque se puede”: la frase de una madre sobre cómo habitar lo cotidiano

Organización familiar, trabajo y una actitud positiva son los pilares con los que Noelia, vecina de Calamuchita, enfrenta cada día como mamá de un niño con discapacidad. Su testimonio invita a mirar con otros ojos lo cotidiano

Noticias de CalamuchitaHace 4 horasGermán QuirogaGermán Quiroga

Un día a la vez, con todo lo que eso implica

Todos los días, Noelia se levanta a las seis y media de la mañana. Es el comienzo de una rutina en la que se combinan caminatas, desayunos familiares, terapias, escuela, trabajo y cuidados. “Álvaro no camina, entonces hay que llevarlo al baño, vestirlo, bañarlo, y todo lo hacemos entre los dos”, cuenta.

“Nunca hay que bajar los brazos, porque se puede” Foto: Gentileza

Junto a su marido Carlos, planifican la semana cada lunes. Saben quién se encargará de qué tarea y cómo repartir el tiempo entre turnos médicos, horarios escolares y trabajos. Noelia limpia casas y además hace pastas caseras. Cuando tiene que salir, su pareja cuida de Álvaro. La clave está en la coordinación y el apoyo mutuo.

Al terminar cada día, llegan a casa con las fuerzas justas. Pero siempre se aseguran de cenar juntos, compartir un momento de descanso y preparar todo para volver a empezar al día siguiente.

“Nunca hay que bajar los brazos, porque se puede” Foto: Gentileza

Lo que se aprende siendo mamá

“Muchas veces uno tiene una fortaleza adentro que no la conoce, pero cuando sos mamá sale”, dice Noelia. El nacimiento de Álvaro cambió sus expectativas, y desde entonces, cada día trae un nuevo aprendizaje. Ser madre de un hijo con discapacidad no fue algo planificado, pero con el tiempo, se convirtió en su mayor impulso para organizarse, adaptarse y avanzar.

“El crecimiento de ellos también es así. No es lo mismo un niño chiquito que uno de nueve años. Aprendés todo el tiempo, porque ser mamá no es ser experta, es aprender todos los días”, explica. Lejos de romantizar su experiencia, Noelia transmite una visión práctica y honesta sobre cómo transitar este camino.

“Nunca hay que bajar los brazos, porque se puede” Foto: Gentileza

Un mensaje para otras familias

“Nunca hay que bajar los brazos, porque se puede”, repite Noelia, con la convicción de quien lo vive en carne propia. Su mensaje está dirigido a madres y padres que enfrentan diagnósticos inesperados o situaciones difíciles. Habla del miedo, pero también de la importancia de no quedarse quietos frente a lo desconocido.

“Nunca hay que bajar los brazos, porque se puede” Foto: Gentileza

“Cuando una familia tira para adelante, los hijos avanzan también. No importa la condición. Por un hijo se hace todo, y sobre todo se ama mucho”, asegura. La historia de Noelia no busca dar respuestas, pero sí abrir una ventana hacia otra forma posible de habitar lo cotidiano.

Te puede interesar
Lo más visto

Ahora podés tener todas las noticias de Calamuchita en tu Email.

WhatsApp