Una heladería familiar con 40 años de tradición y transformación en Santa Rosa de Calamuchita

Una historia de amor y compromiso

Carina Lleo, quien hoy lidera Kopitos, cuenta con emoción el viaje que ha sido llevar adelante esta heladería: "Hace 15 años que mi papá nos alquiló el negocio a mi hermano Maxi, Eduardo y a mí, y desde entonces trabajamos en construir una experiencia única para nuestros clientes”. 

A lo largo de estos 40 años, Kopitos no solo ha sido un lugar para disfrutar de helado, sino un símbolo de calidad y atención personalizada. La conexión generacional es una de las características que más destaca Carina: “Aquí han venido abuelos con sus nietos, y hoy esos nietos traen a sus propios hijos. Kopitos es más que una heladería, es parte de la memoria colectiva de Santa Rosa”.

Un cambio necesario: traer Kopitos al siglo XXI

Afrontar el desafío de actualizar un negocio tan arraigado en la comunidad no es tarea fácil. Según la emprendedora, la idea de renovar Kopitos fue ganando fuerza con el tiempo, pero alcanzó su punto culminante al cumplir 40 años. “Lo llamé ‘traer la heladería al siglo XXI’. Era un concepto que necesitábamos traducir en algo tangible, en un espacio donde la gente no solo comprara helado, sino que viviera una experiencia".

Este año, con la colaboración de una arquitecta, Natalia Rosatti, y de una experta en redes sociales, Daniela Sanchez, la transformación comenzó a tomar forma. La arquitecta aportó una perspectiva profesional al diseño del lugar, mientras que la community manager trabajó en darle a la marca una presencia renovada en redes sociales. Junto al equipo, han buscado transformar la energía de Kopitos para que cada detalle refleje valores como la paz, la armonía y, sobre todo, el amor.

El proyecto de renovación también incluyó un nuevo logo, desarrollado con la diseñadora , que integró elementos de amor y continuidad en el diseño. “Nuestro logo actual se inspira en la geometría sagrada, representando el infinito y el corazón, y está en sintonía con la idea de que Kopitos es un lugar donde todos pueden sentirse parte de algo más grande”, explicó Carina.

Un enfoque en la calidad y la experiencia del cliente

Uno de los aspectos que ha diferenciado a Kopitos a lo largo de los años es la calidad de su producto. A pesar de los cambios y las renovaciones, Carina y su equipo han mantenido su compromiso con el uso de ingredientes de alta calidad. “Para nosotros, bajar la calidad nunca fue una opción. Kopitos tiene un valor propio que trasciende el precio. Nuestra misión es ofrecer algo auténtico que invite a la gente a tomarse un momento, a desconectar y disfrutar de su helado”.

De hecho, Carina comparte una observación interesante sobre cómo las personas interactúan en el local: "En los bares ves a la gente con el celular mientras comen. Aquí, la gente deja el celular para disfrutar del helado. Es un momento de conexión".

Evolución sin perder la esencia

A medida que la heladería ha evolucionado, también lo ha hecho el rol de Carina como líder del equipo. Su filosofía es clara: no existen jerarquías, sino un equipo trabajando en conjunto para ofrecer lo mejor a cada persona que cruza la puerta de Kopitos. Esta evolución también es un homenaje a sus padres, quienes, con una fuerte ética de trabajo, construyeron este negocio desde cero.

“Mi papá siempre me dijo que la atención y la limpieza eran fundamentales. Esa atención a los detalles y la cercanía con los clientes son lo que nos permite seguir siendo relevantes”, expresa la emprendedora, quien ha decidido conservar lo mejor de esa enseñanza, pero adaptándola a los nuevos tiempos.

Para los clientes habituales y los nuevos visitantes, Kopitos seguirá siendo un lugar donde el helado es solo el comienzo. Con la renovación, Carina espera que el local inspire a quienes lo visiten, que sigan formando recuerdos y que la heladería continúe siendo un punto de encuentro familiar y un símbolo de calidad y autenticidad en Santa Rosa de Calamuchita.

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