Cómo Frost Cargo aporta valor agregado con logística para gastronómicos desde Santa Rosa de Calamuchita

Desafíos logísticos en el Valle: entre la estacionalidad y la imprevisibilidad

El sector gastronómico de Santa Rosa de Calamuchita y la región enfrenta obstáculos complejos. La dependencia de productos estacionales, como frutas frescas o mariscos, limita la oferta durante gran parte del año. A esto se suma la dificultad para mantener stock estable, especialmente en temporadas turísticas con picos de demanda imprevistos. Muchos restaurantes recurren a viajes frecuentes a Córdoba para abastecerse, incrementando costos operativos y riesgos en la cadena de frío. Alberto Bisbal, gerente comercial de Frost Cargo, lo resume así: "Sin planificación, los negocios gastan más tiempo resolviendo emergencias que mejorando su servicio".

 
Frost Cargo: proximidad y tecnología al servicio de la disponibilidad

La respuesta de Frost Cargo se centra en acortar distancias y optimizar procesos. Con un centro de distribución en Río Tercero —equipado con cámaras de súper congelación (hasta -25°C)—, la empresa almacena stock para cubrir hasta 30 días de demanda. Su flota de vehículos refrigerados garantiza entregas en menos de 12 horas, incluso en días críticos como temporadas de lluvia. Además, una plataforma digital permite realizar pedidos en tiempo real, consultar precios y acceder a promociones. "Si un cliente necesita un producto por la mañana, lo recibe esa misma tarde. La clave está en nuestra infraestructura local", destaca Bisbal. Esta estrategia no solo asegura disponibilidad, sino que respalda la calidad: los alimentos súper congelados mantienen propiedades similares a las de productos frescos, gracias a procesos que preservan su trazabilidad desde el origen.

 
Reducción de costos: cómo la planificación logística beneficia al bolsillo

La eficiencia de Frost Cargo trasciende la rapidez de entrega. Al permitir compras planificadas, los negocios evitan fluctuaciones de precios por escasez estacional y reducen mermas al usar solo lo necesario. Por ejemplo, un restaurante puede adquirir arvejas congeladas en porciones exactas, evitando el desperdicio de insumos frescos. Además, la optimización de rutas y el uso de tecnología minimizan los costos indirectos, como viajes o almacenamiento inadecuado. "Un alimento bien planificado es un ahorro tangible. No se trata solo de vender, sino de crear eficiencia para que nuestros clientes crezcan", explica Bisbal. Este enfoque no solo mejora la rentabilidad, sino que eleva la calidad gastronómica del Valle, posicionándolo como un destino turístico más competitivo.

Frost Cargo: la nueva apuesta en logística de congelados que llega a Calamuchita

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